Psicólogos en San Sebastián

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martes, 4 de marzo de 2014

Los efectos de la crisis

   Desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Gipuzkoa se ha puesto en marcha desde el pasado  1 de Marzo un programa de atención psicológica para aquellas personas afectadas por la crisis económica y que no puedan costearse una psicoterapia. Como ya anunciamos, el Centro de Psicología AUKERA va a colaborar en este proyecto.

   Desde aproximadamente el año 2008, la crisis económica se ha convertido en el eje principal de la vida de muchas personas afectando de manera considerable en multitud de  aspectos individuales, sociales, económicos y culturales. Las consecuencias directas, principales y visibles son el aumento del desempleo y la bajada de ingresos.

   El ser humano está indudablemente influenciado por el contexto en el que vive, y éste en la actualidad está marcado por la crisis económica. Esto hace que estemos viviendo con una serie acontecimientos extremadamente estresantes cada día.

   Según  el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de paro del primer trimestre del 2008 era de 2.174.200 personas, mientras que en el primer trimestre de 2013 la cifra aumentó a 6.202.700 personas.
   
   De hecho, el desempleo es considerado como uno de los eventos de la vida más estresantes y por ello tiene un gran impacto sobre el bienestar psicológico de las personas. Hay diversos estudios  que muestran que quienes pierden su empleo durante periodos de crisis pueden presentar un estado de salud general peor que aquellos que lo pierden en otras circunstancias.

   Los cuadros depresivos y ansiosos son muy frecuentes en personas desempleadas, y en casos extremos y cada vez con más frecuencia, derivan en  el suicidio.

   Pero, ¿es únicamente la bajada o la pérdida de ingresos lo que hace que las personas que se encuentran sin trabajo presenten esta sintomatología psicológica? Obviamente, una mala situación económica hace que la persona se vea desprovista de recursos, y aún más en el caso de tener que hacer frente a una hipoteca o al mantenimiento de una familia, pero no debemos olvidar de que el desempleo no nos afecta sólo por lo que acarrea en términos económicos.

   La inactividad, la falta de hábito y de rutina que supone tener un trabajo, la no relación con otras personas del mismo entorno y un largo etcétera, desembocan en apatía, estancamiento personal, falta de  disfrute por otras cosas y negativa frente al futuro.

   Aquellas personas que en su vida realizan más actividades agradables en cuanto a cantidad y diversidad, son personas menos predispuestas hacia la depresión. Si una persona disfruta de su trabajo, de sus amigos, de su familia, del deporte, de la música, de la lectura, del cine, de viajar, etc. está  mucho menos vulnerado a deprimirse. Pero,¿ qué hacer si nos están arrebatando todo eso?

   Nos pueden privar de empleo, pero no pueden hacernos perder la esperanza y las ganas de seguir disfrutando de la vida.




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