Ya sabemos que los hombres
y las mujeres son biológicamente
diferentes y por supuesto también psicológicamente distintos. Aun así, seguimos
lamentándonos tanto hombres como mujeres de que no nos entendemos, y quizá es
porque se nos olvida que las mujeres somos de Venus y los hombres de Marte.
La diferencia no
es un concepto neutral en nuestra sociedad, la mayoría de las veces
presuponemos que lo que es diferente a nosotros es inferior o peor. De esto se
deriva uno de los grandes problemas que ha habido con el reconocimiento de las
mujeres como iguales a los hombres en un plano legal.
Así pues, y retomando lo anterior, los hombres y las mujeres
somos inevitablemente distintos. Diversos estudios de neuroanatomía han
comprobado que el cerebro de la mujer es en general más pequeño y más ligero,
sin embargo esto no significa en absoluto que una mujer tenga menos
inteligencia que un hombre. No existe ninguna vinculación determinante entre
cociente intelectual y tamaño encefálico, sino que lo verdaderamente vinculante
es la interconexión entre las neuronas existentes. Por lo tanto, si nuestros
cerebros son diferentes presuponemos que nuestra forma de pensar y actuar
también será distinta. Desde hace años se viene investigando el pensamiento
masculino y femenino en busca de caracteres distintivos. Todavía existen tópicos, como por ejemplo: “los hombres
no saben escuchar ni las mujeres aparcar”, pero ¿tiene esta suposición algún
apoyo empírico?
Diversos estudios han demostrado que en general la mujer supera al hombre en test relacionados con capacidades verbales mientras que el varón le gana en los problemas espaciales. Pero no hay regla sin excepción, también es cierto que en un problema de orientación espacial las mujeres vencen con claridad cuando se trata de recordar la ubicación de los objetos, una tarea habitual en los juegos de memoria.
Diversos estudios han demostrado que en general la mujer supera al hombre en test relacionados con capacidades verbales mientras que el varón le gana en los problemas espaciales. Pero no hay regla sin excepción, también es cierto que en un problema de orientación espacial las mujeres vencen con claridad cuando se trata de recordar la ubicación de los objetos, una tarea habitual en los juegos de memoria.
A un nivel psicológico, diferentes estudios han demostrado en
términos generales que: Las
mujeres tienen menor autoestima
que los hombres, no valoran su esfuerzo tanto como ellos, tienen menos confianza en sí mismas y es más
probable que las mujeres digan que están heridas a que admitan que están enfadadas. Por
otra parte, los varones son más
pretenciosos que las mujeres, sobrevaloran el trabajo que ellos mismos hacen, no son tan realistas como las mujeres
al valorar sus capacidades y es más probable que los varones acusen y ataquen cuando están mal, a que
admitan estar dolidos e inviten a la empatía. Por último, en los varones se hace más evidente la
separación entre sexo y amor que en las mujeres.
En el plano de las relaciones
sentimentales, es sabido que los hombres necesitan ser necesitados y las
mujeres necesitan ser apreciadas. Normalmente, el sentido de la personalidad de
un hombre se define a través de su capacidad para alcanzar resultados y por
ello, quizá los hombres se resisten tanto a ser corregidos o a que les diga su
pareja lo que tienen que hacer. Por otro lado, el sentido de la personalidad de
una mujer se define a través de sus sentimientos y de la calidad de sus
relaciones, y por ello cuando una mujer tiene un problema y lo cuenta a su
pareja prefiere una aceptación afectuosa, y que su pareja le escuche sin
ofrecer soluciones al respecto.
“Sin el conocimiento de sus diferencias, los hombres y las mujeres se
enfrentan unos a otros. En general nos sentimos frustrados o enojados con el
sexo opuesto porque hemos olvidado esa verdad importante. Esperamos que el sexo
opuesto sea más como nosotros. Deseamos que quieran lo que queremos y sientan
lo que sentimos.
Suponemos erróneamente que si nuestros compañeros nos aman reaccionarán
y se comportaran de cierta forma, la forma en que nosotros reaccionamos y nos
comportamos cuando amamos a alguien. Esa actitud nos dispone a sentirnos
decepcionados una y otra vez y nos impide tomar el tiempo necesario para
comunicar en forma afectuosa cuales son nuestras diferencias” (Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, John Grey)
Muy interesante! Creo que si todos conociéramos estas diferencias entre sexos se podrían evitar muchos conflictos en las relaciones hombre- mujer. No obstante también creo que estas diferencias son buenas para la humanidad porque, a mi juicio, la complementación de las mentes de diferente sexo llegan antes a una solución ya sea en investigación o en simples problemas cotidianos.
ResponderEliminarMuy interesante, pero habéis considerado que la mayor parte de estas diferencias puede deberse a diferente educación que recibimos niños y niñas? los mandatos de género los llevamos muy dentro, quizás cada sexo es mejor en aquello en lo q se le ha entrenado mejor.. como lo de la autoestima de las mujeres en las relaciones...quizas sera xq tenemos un sistema social q nos domina? o lo q los hombres sean menos sensibles, qizas sera x un sistema q los robotiza y les niega esa parte de si mismos?
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